Entre arte y artesanía

Florencia como inspiración

Nada habría sido posible sin Florencia

«La belleza de la ciudad donde tenemos la suerte de vivir y trabajar ha sido quien ha unido las dos almas de nuestra producción, la tradición y la tecnología. Las maravillas de este increíble lugar nos inspiran todos los días, guían nuestra imaginación cada vez que nos centramos en un proyecto. Son las geometrías perfectas ocultas en las fachadas de sus edificios, en sus frescos, en sus esculturas las que utilizamos como modelo mientras forjamos el metal de nuestras creaciones»

Officine Gullo nació en Florencia, donde el señor Carmelo Gullo desarrolló, con la ayuda de talleres mecánicos y artesanos locales del bronce, cocinas a medida y accesorios herederos de la noble tradición de los cocineros florentinos del siglo XIX, trabajando los metales más nobles como el acero inoxidable de alto espesor, el cobre bruñido, el hierro fundido y el latón. De hecho, desde sus inicios, las cocinas Officine Gullo fueron únicas gracias a sus revestimientos de los metales más preciados, realizados íntegramente a mano.

La cocina completa de metal, hecha a medida para las casas señoriales, ya era desde hace siglos una de las características más significativas de la tradición artesanal florentina. Durante el siglo XIX, con el desarrollo de la industria del acero, muchas fundiciones de arte de la zona florentina se habían especializado en la producción de preciadas cocinas de metal, convirtiéndose en un punto de referencia para la clase media alta de toda Europa.

Una tradición casi olvidada que Carmelo Gullo devolvió a la vida, recuperando cuidadosamente las formas, los materiales y las técnicas de elaboración, para acompañarlos con el uso de las tecnologías más modernas de cocción y conservación de alimentos, prestadas directamente de la gran restauración.

El departamento comercial está formado por los mismos arquitectos que definen el proyecto junto con el cliente, para poder acompañarle en todas sus fases, desde el primer borrador hasta la instalación final. De la misma forma, cada uno de los artesanos del taller es capaz de crear una cocina de principio a fin. Artesanos polifacéticos, capaces de convertir en realidad los sueños del cliente y las mesas de los diseñadores. Sus orígenes son muy variados: artesanos del bronce, herreros, fundidores, bruñidores. No existe una formación específica que prepare para trabajar en Officine Gullo, porque aquí se tratan todos los metales: latón, cobre, acero, aluminio, bronce. Cada metal tiene su propia alma, un comportamiento y una forma de trabajarlo diferente, y todos deben aprender a conocerlo todo, formándose directamente en la empresa gracias a la enseñanza de verdaderos maestros artesanos.

La hiperespecialización actual ha convertido a las personas en una especie de engranaje de la maquinaria industrial. Al invertir en calidad y artesanía, Officine Gullo ha logrado establecerse en el mercado mundial invirtiendo esta tendencia, poniendo a las personas en el centro, con sus necesidades, conocimientos, habilidades, inventiva y su capacidad para aprender y comunicarse.

Pero «las personas en el centro» no solo significa una visión de conjunto, una responsabilidad y un conocimiento universal. En primer lugar significa creatividad, ser visionario y tener el valor de adentrarse en territorios desconocidos. Este es el espíritu que, en la etapa más gloriosa del Renacimiento, llevó a los navegantes italianos a descubrir y explorar el Nuevo Continente. A lo largo de su historia, Officine Gullo ha tenido la capacidad de captar las tendencias del mercado antes de que se convirtieran en modas. Y esto ha sido posible gracias a la relación directa con sus clientes, escuchando continuamente sus deseos y atendiendo sus necesidades.

Cualquiera que sean sus formas, la fuerza de la empresa consiste en estar firmemente cimentada en los antiguos valores humanistas que sitúan a las personas en el centro, ya sea el empresario con su valor e inventiva, el colaborador con sus habilidades, o el cliente, con sus deseos llenos de expectativas de futuro.

Las cocinas Officine Gullo son creaciones artesanales realizadas dentro de un ciclo de producción altamente tecnológico. Las manos del ser humano, en el claroscuro de un metal cincelado o en las sombras de un bruñido artesanal, modelan el material dándole un alma. Al fin y al cabo, el ojo de las personas todavía llega donde la máquina no puede llegar y distingue lo perfecto de lo mediocre donde el robot simplemente «fabrica». Por esta razón, la destreza de sus expertos artesanos, para la empresa, es un valor indispensable para la creación de cualquier cocina.

Para ello la empresa ha impulsado el «Proyecto Memoria», un programa destinado a potenciar el lado humano de la producción y a transmitir los conocimientos exclusivos del antiguo trabajo manual de los artesanos.

Todos los colaboradores de Officine Gullo empiezan a trabajar en la empresa a través de un curso de formación destinado a mantener vivas las técnicas más antiguas del procesamiento de los metales y el darte decorativo florentino. La enseñanza, como en los talleres antiguos, se lleva a cabo bajo la supervisión diaria de maestros expertos.

Esto ha sido posible gracias a la ayuda de personas que todavía recuerdan las tradiciones y técnicas artesanales transmitidas por sus antepasados. Maestros deseosos de apoyar y potenciar el conocimiento y los valores de la tradición. Algunas de estas historias de vida, de maestría y pasión, han sido recopiladas y enriquecerán la Memoria de ese saber hacer que Officine Gullo está comprometida en conservar y perpetuar.